domingo, 2 de octubre de 2022
lunes, 14 de septiembre de 2020
"Cuba" Francotiradores cubanos que azuzan la rebelión desde lejos
Cubano mirando al horizonte desde el Malecón habanero Foto © CiberCuba |
En paralelo a la profundización de la crisis que asola a Cuba y padecen la mayoría de los cubanos ha surgido una generación de francotiradores emigrados que azuzan, desde lejos y a resguardo del hambre y el G-2, la rebelión de las masas, apuestan por el embargo total e insultan a sus paisanos que no han tenido la oportunidad de irse del país.
Ningún cubano es carnero: Cuba es un pueblo sufrido, empobrecido y vejado por una casta verde oliva con discurso y prácticas delirantes que solo persiguen su mantenimiento en el poder durante todo el tiempo posible.
La mayoría de la población cubana son ancianos que recuerdan con dolor la desigualdad y pobreza que padecieron en la república, la represión desatada por Batista y sobremueren con el corazón partido en dos porque agradecen a la revolución tener una casa desvencijada y que sus hijos y nietos hayan estudiado, aunque ahora no puedan verlos ni besarlos porque emigraron.
En Cuba apenas queda población joven y muchos de los que permanecen, sueñan con irse al extranjero; circunstancia demográfica a la que se une el conservadurismo de las personas mayores, casi siempre reacias a los cambios, como le ocurre a Raúl Castro Ruz, que pasó de reformista multiplicador de vasos de leche a jefe del ejército en un noticiero.
Sería desolador suplantar el totalitarismo castrista con otro monólogo totalitario que excluya a buena parte de los cubanos porque militaron en la juventud o el partido comunistas, porque fueron militares, cederistas, federadas o pioneros; como pretenden hacer algunos que en Cuba estuvieron calladitos todo el tiempo, luego abandonaron a sus familias para emprender dura emigración y ahora se autoerigen en padres de la patria.
Un viejo personaje cubano ha vuelto con fuerza: El capitán Araña, famoso por formar y alentar una tropita a la que dejó abandonada y se puso a resguardo del peligro. La novedad en los nuevos capitanes arañas, que empujan sin darse golpes, es el ejercicio aplicado de la desmemoria, como si el aeropuerto cubano por donde emigró tuvo en ellos el efecto de máquina del tiempo.
Cuba no debe construir su futuro basada en hombres pródigos, desmemoria selectiva y la repetición de la limpieza ideológica que el castrismo impuso y practica con desfachatez e impunidad; hasta un día.
Quizá los francotiradores se han puesto nerviosos ante lo que ya anuncian como el inminente desplome de la dictadura y pretenden hurtarle el natural protagonismo que la historia y la política conceden a quienes permanecen malviviendo bajo las botas represivas, por delante de quienes -libremente y en ejercicio de su derecho- pusieron tierra por medio.
No existe un solo caso de transición a la democracia en que los emigrados hayan tenido un papel protagónico frente a los adentrinos que -en el caso de Cuba- posibilitará un consenso entre los sectores reformistas de la dictadura, incluido los militares inteligentes, la maltratada y perseguida oposición y los activistas; acompañados por Estados Unidos, la Unión Europea y la vanguardia de la emigración cubana.
Azuzar desde lejos una revuelta popular que desate una noche de San Bartolomé en Cuba constituye uno de los peores ejercicios de cinismo y cobardía y otro ejemplo de la desmesura baldía y melancólica de algunos emigrados sin valor suficiente para volver a La Habana y encabezar la rebelión de los vegueros.
Solo los cubanos que padecen y sufren los embates diarios de la dictadura comunista deben decidir sus acciones y formas de lucha política; a los emigrados corresponde ser leales y fraternos compañero de viaje de aquellos que sufren, aportar ideas y defendiendo que cualquier cambio vaya presidido por civismo, democracia e igualdad de oportunidades.
Cuba no se ha democratizado porque su Gobierno tiene miedo, la oposición aún no consigue centrar una agenda de cambio a favor de todos y en contra de nadie, la mayoría de los emigrados contribuye de manera generosa y decisiva al sostenimiento del status quo por solidaridad con su familia en forma de remesas y recargas y porque el pensamiento contemporáneo, salvo excepciones, carece de visión estratégica.
Los cimientos del cambios palpitan en Cuba como nunca antes: Capital humano, gusto por vivir bien, conocimiento más objetivo de la vida en el extranjero, crisis de legitimidad política del gobierno y una anemia perniciosa de la economía.
Si alguien duda de la capacidad de muchos cubanos para crear riqueza y bienestar, solo debe asomarse a los capítulos de terror maoísta del noticiero de televisión para ver cuantos han ido aprovechando las pequeñas rendijas que abre el egoísta e insensato poder para crear empresas y generar actividad económica rentable; esa virtud no está al alcance de los carneros, sino de hombres y mujeres virtuosos, que también son sus clientes, reconocen su esfuerzo y se espantan ante la represión.
De igual manera actúa buena parte del despreciado sector empresarial estatal, ruinoso por imposición comunista, pero con dirigentes bien formados, expertos en simular y que viven instalados en la economía de trueque; pero conociendo los efectos devastadores del chavismo en la economía cubana y añorando una reforma estructural.
Cuba tiene buenos obreros, buenos técnicos medios, buenos universitarios en toda las ramas; nobleza y capacidad de emprendimiento que asusta a América Latina y el Tercer Mundo y padece los peores políticos, a los que ahora se suman vocingleros jurando venganza eterna y otras guaperías de cerebros fallidos.
Un horror no debe suplantarse con otro horror, aun cuando haya cubanos justamente dolidos porque el castrismo arruinó sus vidas y haciendas; pero deberán asumir la pragmática conducta de perdón sin olvido para evitar que Fidel Castro Ruz y sus acólitos impongan su final neroniano.
Un médico, un soldador, un panadero, un maestro no serán mejores o peores por su militancia política, sino por el desempeño cabal o descuidado de sus funciones y su capacidad para servir a los demás. El pueblo cubano no es el lumpen del castrismo residual embotado de alcoholes destilados clandestinamente y jugando dominó, sin oficio ni beneficio; como tampoco el exilio son la minoría de vagos y maleantes que aparecen en la prensa por fraudes y enredos típicos de la cultura de la pobreza.
Cuba y su pueblo merecen lo mejor; solo debe librarse de la plaga que acongoja a la nación, incluidos los gatillos alegres del pugilato emigrado y ese ombliguismo que nos persigue desde aquel Martí pretencioso, que creía impedir "a tiempo" con la independencia de la isla, la expansión norteamericana en América Latina; igualitico que cubanos inflamados que se consideran llamados a desempeñar un papel crucial en las elecciones de noviembre, en un país de más de 230 millones de ciudadanos habilitados para votar; como si Donald Trump dependiera del sufragio cubano-americano y no de los norteamericanos que reconocen sus cualidades.
Una Cuba plural, tolerante, rica y solidaria será el mejor triunfo sobre el totalitarismo de fusilados, ahogados en el Estrecho de la Florida, parametrados por ideología, raza y sexualidad, escasez crónica disfrazada de pobreza digna y mendicante de dólares y euros, discursos plagados de mentiras y trucos; y ofrecería una imagen impagable: El PCC pasaría de ser hegemónico a minoritario por votación popular.
Tomado de: https://www.cibercuba.com/noticias/2020-09-14-u191143-e191143-s27068-francotiradores-cubanos-azuzan-rebelion-lejos
miércoles, 9 de septiembre de 2020
"Cuba" Régimen castrista destruyó ermita y lanzó la Virgen al mar ¿El “devoto” Díaz-Canel no lo sabe?
El régimen pretende que se olvide hechos como este: un dirigente castrista arrasó con un buldócer la histórica ermita de la Virgen en el poblado de Antilla, Holguín. La representación de la Patrona de Cuba fue lanzada al mar, en nombre del comunismo que ahora pretende reclamar para sí a la Virgen de la Caridad
Este martes Miguel Díaz Canel Bermúdez amaneció muy devoto, como cualquier monaguillo disciplinado. Durante la mañana del 8 de septiembre, precisamente cuando comenzaba la iniciativa opositora “Revolución de los girasoles”, el presidente designado por el general Raúl Castro se le ocurrió mostrarse como un respetuoso admirador de la Virgen de la Caridad del Cobre, la Patrona de Cuba según el catolicismo.
Mientras la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y la Seguridad del Estado sitiaba y apresaba a periodistas y activistas independientes, el mandatario títere publicó tres tuits reclamando como patrimonio castrista a la advocación mariana venerada por muchos cubanos. Solo que su verdadera Fe, al menos la que pregona la mayoría del tiempo mientras sume en la miseria al pueblo, no es en otro dios que el castrismo.
“La Virgen cubana y la Revolución de todas las flores”, comenzó uno de sus mensajes Díaz-Canel, en respuesta a la iniciativa de la opositora Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) que convocó a la “Revolución de los girasoles”.
El presidente cubano continuó, con cinismo: “El camino no será fácil, pero el baño de flores triunfal de la Revolución cubana ya ocurrió durante una caravana que abrió al pueblo el camino, entre collares de Santa Ana, a la justicia y la libertad”.
Entre las numerosas respuestas a este y otros desatinos religiosos del presidente de un Estado laico, por demás dominado por el Partido Comunista, un comentario trajo a flote un suceso del pasado que es parte la historia negra de la dictadura contra las creencias que no sean el “fidelismo”.
“Le deberíamos recordar a ese señor como la ermita de Antilla fue demolida y la Virgen tirada a la Bahía”, expresó el cubano Jorge Leyva.
Se refiere a hechos ocurridos en el pequeño pueblo ubicado entre las bahías de Nipe y de Banes, en la provincia de Holguín. Ese territorio estuvo bajo la jefatura de Miguel Díaz-Canel, cuando allí era el Secretario Provincial del partido Comunista. ¿El hoy presidente de Cuba desconoce tales acontecimientos? ¿O los oculta?
Castrismo derribando la historia
En las aguas de Nipe “había aparecido, a principios del siglo XVII, una imagen flotante de la que luego sería reverenciada como Patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad del Cobre”, recuerda el medio CubaNet, al tiempo que apunta: “fue a orillas de aquella bahía (…) donde primero se le levantó un santuario [a la Virgen], muy rústico, de madera y guano”.
El lugar, con la contribución de los vecinos, llegaría a convertirse en una ermita a la que llegaban peregrinos devotos de toda la provincia, y el país. Sin embargo, en los primeros años de la “revolución” que devendría dictadura, un dirigente castrista “decidió arrasar el pequeño santuario con un buldócer y arrojarlo al mar”, explica una reseña del citado diario independiente sobre un documental de Antilla.
Del audiovisual Hubo una vez un pueblo, también escribieron una nota en el periódico ¡Ahora!, vocero del Partido Comunista en Holguín, aunque obviaron mencionar el responsable de la afrenta contra el lugar sagrado para los creyentes, y contra la misma representación de la Virgen: los medios de propaganda se afanan en pintar la “revolución” como un idilio.
Sin embargo, reconocieron que la obra de Ernesto Granado “toma como punto de partida (…) la historia de la destrucción de la ermita consagrada a la Virgen de la Caridad, hecho que muchos pobladores consideran el detonante del progresivo declive de una región que tuvo el primer hidropuerto de Cuba y un imponente sistema ferroviario”.
El portal de temas históricos Aldea Cotidiana, cita en extenso el volumen La Virgen Cubana en Nipe y Barajagua, reconocido por la Unión Nacional de Historiadores de Cuba con el premio José Luciano Franco, 2013.
El libro registra que el 4 de febrero de 1963 se supo en el otrora próspero pueblo, que el entonces comisionado castrista Quinciano del Río Soler “había tomado la desacertada decisión de que se demoliera la ermita y que fuera arrastrada hasta el mar con un buldócer”.
Según reproduce Aldea Cotidiana, “este hecho lamentable marcó a los ciudadanos comunes que vivían en el pueblo, incluso, tanto a los creyentes como a los no creyentes que sentían respeto y veneración por la imagen”.
Las versiones de los vecinos del pueblo difieren. Algunos dicen que la imagen de la Virgen estuvo por diez años sepultada en el mar, y otros que “fue extraída muy poco después del bárbaro proceder del comisionado (cargo semejante al de alcalde)”. Lo más aceptado es que la Virgen fue rescatada del mar por Levigildo Caballero y Manolo Rodríguez y que en la casa de este último estuvo por varios años hasta que después de fallecido su viuda la entregó a la iglesia en el año 1989.
Según el portal citado, en la actualidad la imagen se conserva en la Casa Parroquial de la Iglesia Nuestra Señora del Carmen. En 1998 fue bendecida por el Papa Juan Pablo II, durante su visita a Santiago de Cuba.
¿Y los responsables de mancillar la Virgen?
No importa que al calor de la “revolución cubana”, a estas alturas una mediocre dictadura, en el temprano año 1961 milicianos de Fidel Castro dispersaran a tiros una procesión mariana, con el saldo de un feligrés muerto. Tampoco interesa al cinismo neocastrista la persistente discriminación, persecución e incluso cárcel contra religiosos de todo tipo de congregaciones durante décadas de gobierno del tirano de Birán, quien manipuló políticamente a los creyentes, enfrentando a unos contra otros, expulsando a los críticos de su régimen y pintándose como un demócrata comprensivo ante los religiosos extranjeros que invitaba y agasajaba.
Miguel Díaz-Canel obvia todo esto, así como la destrucción de la ermita en el pueblo de una provincia que él dirigió. La conmoción popular por el destrozo que hizo en 1963 el jefe castrista Quinciano del Río Soler fue tal, que hoy todavía se recuerda y le achacan una “maldición” a Antilla. ¿En todos sus años como jefe de Holguín, el actual presidente no escuchó al respecto?
Según la oficialista Ecured, Quinciano del Río Soler fue un hombre fuerte en la “acción y sabotaje” del Movimiento 26 de Julio en la también provincia oriental de Santiago de Cuba. El dirigente castrista aparece, en documentos facsimilares puestos en línea por la Universidad Nacional Autónoma de México, nombrado en diciembre de 1960 como Comisionado Municipal de Antilla, perteneciente entonces a la provincia de Oriente.
Los últimos datos de Ecured, indican que Quinciano del Río Soler todavía estaría vivo, a sus 81 años, lleno de medallas por sus servicios al castrismo y como miembro de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. También ha sido delegado de la Circunscripción 81 del Consejo Popular Guillermón Moncada, en Santiago de Cuba.
El ejecutor de aquel estropicio, al parecer nunca ha sido castigado, ni el gobierno pidió perdón por este y otros desmanes cometidos en nombre del comunismo.
A propósito de los pronunciamientos del mandatario del régimen sobre “Cachita”, la patrona católica de Cuba, el periodista cubano Mario J. Pentón señaló: “El mismo gobierno que persiguió sistemáticamente a la Iglesia, que le confiscó templos y escuelas, que acorraló a los fieles, expulsó sacerdotes y demonizó la religión hoy tuitea sobre la Virgen de la Caridad... ¿Dónde quedaron el ateísmo y las disculpas?”
Hubo Una Vez Un Pueblo (Trailer) - Film by Ernesto Granado
tomado de: https://adncuba.com/noticias-de-cuba/actualidad/regimen-castrista-destruyo-ermita-y-lanzo-la-virgen-al-mar-el-devoto
martes, 26 de marzo de 2013
REVOLUCIÓN BOLIVARIANA O INVASIÓN CUBANA?
Por Pedro Javier Rojas Guevara. Analista político y militar.
http://adribosch.wordpress.com/2013/03/26/revolucion-bolivariana-o-invasion-cubana/#
martes, 29 de enero de 2013
Cómo identificar las técnicas de manipulación ideológica de tiranos y dictadores
Cómo identificar las técnicas de manipulación ideológica de tiranos y dictadores
Publicado por Abel Domínguez (Twitter: @abeldomi) el 14 de marzo de 2011 a las 8:37 pm
(Twitter: @abeldomi)
martes, 2 de octubre de 2012
La miseria del castrismo: cómo destruyeron un país
La miseria del castrismo vista por un humilde campesino y activista del norte de la provincia de Holguín, Manuel Martínez León:
domingo, 23 de septiembre de 2012
#Habana #Camaguey #ESPAÑA: "MÁS SE PERDIÓ EN CUBA"
La Gaceta. Y la historia de Cuba en 1958. Continúa la violación de los derechos humanos
sábado, 8 de septiembre de 2012
#Cuba #Guantanamo #TuiClub25 #elecciones #TuiJClub25 Infancia de privilegios en el Habana Martín Guevara, sobrino del Che
Por Martín Guevara
Martín Guevara, sobrino del Che, relata cómo recibió un trato de elite -muy alejado de los ideales igualitarios pregonados por el castrismo- mientras estaba exiliado en la isla
Lo que sigue es un relato sobre aquellos años pasados por el autor en La Habana, a mediados de los 70, con su madre y sus hermanos, ya que su padre, Juan Martín, hermano menor de Ernesto Guevara, regresó a Buenos Aires luego de poner a salvo a su familia y fue detenido, permaneciendo en prisión durante todo el Proceso militar.
En el Hotel había varios cabecillas de organizaciones revolucionarias a nivel mundial cuyos hijos terminaban formando una pandilla, pero ninguno tan perfecto como Ronnie, a excepción de Fernando y por supuesto de mí. Pasábamos el día molestando a la mayor cantidad posible de personas, ya fuese tirándoles grampas con hondas desde el segundo piso al lobby a los que se sentaban a disfrutar de la lectura de un plomizo Granma aderezado con el aire acondicionado, o les lanzábamos limones desde la parte trasera de la piscina a la calle, o huevos desde el piso 21 para que se llevasen un buen susto mientras debían regresar a sus casas a cambiarse la ropa salpicada de yema.
Ronnie vivía
también en aquel edificio de 25 plantas, el Hotel Habana Libre, en el piso 19, yo en el 21. Mis
hermanos y mi madre ocupábamos dos habitaciones desde las cuales se veía el Hotel Nacional, el edificio Foxa y el Someillán, daban al mar, en una tercera que daba a la otra cara de la ciudad, mostrando el barrio de El Vedado noqueado por la Revolución, dormía mi abuela. Ronnie era hijo de Huey Newton (foto), quien fuera cofundador de los Panteras Negras norteamericanos, una agrupación del poder negro de moda por aquellos años convulsos, ellos estaban exiliados como nosotros.
También rompíamos la paciencia saltando de balcón en balcón y lanzando lo que fuese que encontrásemos secándose sobre los sillones de paja y cobre, pantalones, camisas, ropa interior o caracoles cobos y aguas vivas como los que atesoraba aquel ruso, que un día me descubrió tras haber lanzado sus preciados moluscos desde el piso 21 al tercero sólo para verlos haciéndose añicos, formando un lío de proporciones que alcanzó al Administrador del hotel, a la milicia y a mis mayores.
Carlitos Cecilia vivía cerca del parque la Pera, a más o menos un kilómetro del hotel y muy cerca de la Anexa a la Universidad, la escuela Felipe Poey donde ambos estudiábamos. Éramos compañeros inseparables en el aula y mientras duraban los paseos por la calle, una vez entraba al Hotel la realidad cambiaba, mudaba hasta el tono de la voz, levemente retornaba hacia lo que quedaba ya de argentinidad en aquellas consonantes sostenidas y vocales abiertas. Eran otros los amigos, los juegos también, todo ello había nacido de la perversa orden dada por la administración de que al hotel no podía entrar ningún cubano, ningún niño amigo de la escuela podía subir a las habitaciones, a menos que fuese familiar de un alto dirigente, y aún así precisaban un pase. La administración tenía orden de que los de afuera no pasasen de solamente sospechar los privilegios que disfrutaban los de adentro.
Esta ordenanza me ayudó a desarrollar una doble vida, como Mr. Hyde y el doctor Jekyll. Mientras afuera del hotel iba creciendo a pasos ligeros y convirtiéndome en el justiciero de mis amigos y un habanero más, dentro me transformaba en un eterno crío travieso que sólo pensaba en importunar y divertirse de manera compulsiva con los demás exiliados.
Durante medio año que estuve faltando cada tarde a las clases de séptimo grado en la Felipe Poey, iba primero a su casa y nos dedicábamos a cocinar tortillas con lo que hubiese en la alacena, el padre era militar y conseguía latas de cosas que con la libreta no se conseguían, así que contábamos con cierta variedad de ingredientes. Por supuesto todo era limitado y un día la madre pegó el grito en cielo, y Carlitos les tuvo que decir lo que hacíamos aunque se echó la culpa a sí mismo garantizándose un buen castigo, cuando en realidad el instigador de las faltas a clase y las prácticas culinarias era siempre yo.
No trascendió al Hotel aquel desliz y pude continuar faltando a clases, tenía pesadillas en que me descubrían, que me enviaban un miliciano de los que me solía detener por hacer travesuras en el Hotel y averiguaba que no había ido a clases en los últimos meses, se lo contaban a mi padre que estaba preso en Argentina pensando que nos estábamos formando como buenos revolucionarios y le causaba un disgusto; me despertaba transpirando y lo volvía a hacer con más ahínco.
Entonces fue que Carlitos me invitó a la primera fiestecita con música lenta de noche y me presentó a Moraima, que me tenía fichado, a mí me venía bien cualquier cosa para dar mi primer beso, que solamente lo había podido casi saborear en la persona de alguna prima o la hermana de algún amigo del Hotel a hurtadillas, robado en un trance de algún juego. Fue la primera vez que toqué pechos, los sobé, los apreté con fruición, difícil olvidar aquella emoción, me entusiasmé bailando con la entrepierna de Moraima, el vaquero fue áspero, por suerte ella tampoco sabía mucho de nada, ya que yo solo había besado mi antebrazo practicando con un morreo prolongado.
Carlitos ya había “apretado” alguna vez y hablaba de ello como de algo muy especial, desde aquel día comprobé que en efecto era mágico, incluso hoy pienso que el placer de ciertos besos en posición de pie, estando vestidos, pudiendo permitirse alguna licencia como acariciar los senos o tocar el sexo por encima de la ropa pueden ser momentos exquisitamente tensos, para aquellos y otros blue jeans menos acartonados.
Después de esa ocasión estuve como dos años sin apretar, pero me servía de aquella experiencia que se enriquecía con el aporte de la imaginación cada vez que la sacaba a pasear en los relatos varoniles, para el simple recuerdo o para las mullidas memorias noctámbulas. Carlitos me había hecho un favor impagable, lo probó el tiempo que debió transcurrir hasta que pude acceder por propios medios al área íntima de otra chica. Los cuatro meses siguientes ya que no podía ir a su casa me iba al zoológico de El Nuevo Vedado y llegué a hacerme amigo de un chimpancé que tendría mi edad, era mi alter ego. Llegué a tener una gran amistad con ese animal, el cuidador me permitía acercarme hasta la jaula y pasábamos horas mirándonos e intercambiando las galletitas para monos que yo le daba y las medias naranjas que él me convidaba, se podía hablar con él sin tapujos, desde la una hasta las cinco había muy poco público. Entonces, además de la realidad del hotel, la de la calle y la escuela incorporé una tercera, las rejas del mono estaban también en mi cara. Aquel preso no hacía reproches por conducta poco revolucionaria.
Ronnie tenía dos años menos que nosotros pero nos sacaba media cabeza. Una tarde que me había visitado Carlitos y que había conseguido en la administración que le diesen un pase que no permitía entrar a restaurantes pero sí estar por el Hotel, Ronnie quería jugar a las escondidas en el Salón de los Embajadores, que estaba restaurándose y era inmenso, repleto de recovecos. Yo estaba entre la costumbre de seguir a mis amigos del hotel en los juegos aún infantiles, y el pudor que me daba con Carlitos ya que dados sus hábitos suponía que consideraría aquello un poco ridículo. Pero él mismo se enchufó y se entusiasmó de tal manera que llamamos a otros muchachos.
En una ocasión le tocó a Carlitos buscar, Ronnie y yo habíamos subido por una escalera de cabillas de hierro incrustadas en la pared dentro de un agujero con paredes de cemento. Estaba oscuro en lo alto y al acercarse, Carlitos se persuadió de que arriba había gente y empezó a decir nombres al azar para ver si adivinaba, lo cierto es que si acertaba no había manera de ganarle corriendo hasta la base, así que había que intentar que subiese hasta arriba y saltar del agujero al mismo tiempo que él para tener una chance. Comenzó a subir y de repente dijo el nombre de Ronnie. Y cuando comenzó a bajar, yo vi como le caía un líquido sobre él y al girar la cabeza buscando a Ronnie, vi que había pelado la habichuela y estaba orinando a mi amigo de afuera del Hotel en la cabeza, mientras Carlitos decía- -Oye que mal perder tienes, no me eches agua que me estás empapando!. Entonces, aguzó el olfato y el tacto y se dio cuenta de que no era agua, yo reprendí a mi amigo del Hotel que reía a carcajadas y bajé inmediatamente a contener a Carlitos, eso para él era un asunto muy serio, en Cuba cualquier líquido en la cara que no fuese agua o ron podía saldarse con más que una buena pateadura, ¿pero una meada?, por una meada hasta yo habría sido capaz de soltar los puños.
A duras penas conseguí llevarme a Carlitos abajo, rogándole que no formase lío ya que encima llevaba las de perder. Lo acompañé hasta su casa y no dejé de escucharlo decir que lo buscaría por todos lados y le metería con un bate de beisbol, con una cabilla, con una chaveta, en fin estaba hecho un basilisco, y aunque Ronnie lo había hecho en broma yo había visto a Carlitos en la escuela fajarse con una pandilla y empatar la bronca. Provenían de sitios irreconciliables como el Hotel y la Ciudad, pero eran mis amigos.
Cuando regresé al Hotel lo fui a buscar al piso 19 y me dijo que lo sentía mucho, que fue un impulso y que iría a pedirle perdón, le dije que encima si había bronca culparían al cubano, me dijo que no, que él diría lo que pasó, Ronnie era muy noble, puro corazón pero ese día había perdido un tornillo.
A los pocos días, llevé a Carlitos al Hotel nuevamente para que sellaran las paces, pasamos el día charlando y esa tarde hasta fuimos a comer los tres a la cafetería, nadie nos dijo nada, ni la camarera ni el capitán, nadie molestó aquella ocasión.
La semana pasada mi hijo pequeño me preguntó si yo había tenido amigos que ya estuviesen muertos, íbamos caminando por la cima de un monte, un viento fresco me dio en la cara y recordé cuando regresé de Argentina a Cuba a los 22 años y fui a buscar a Carlitos a su casa, entonces la madre, el padre y el hermano me dijeron: Si quieres verlo ven con nosotros ya mismo, porque le quedan dos o tres días. Y en el camino al oncológico me contaron que había desarrollado un tumor bestial en los pulmones, y que le habían amputado un pulmón, un brazo, un omoplato, una clavícula y ya habían desistido.
Entré en la sala y lo vi en la cama, me recibió con una sonrisa, no recuerdo lo delgado que estaba ni su estado gravísimo, sino su ánimo, me abrazó al borde de la cama y me dijo: “Martín tú me ves así, pero cuando salga de aquí formamos una fiesta, yo voy a seguir tocando el piano con el brazo que me queda, incluso mejor ¡y tú verás que las muchachitas se van a volver locas con nosotros!” Pasé una hora con mi amigo que estaba lleno de vida, los ojos le brillaban y su voz era fuerte, a un paso de la muerte no estaba rendido. Salí de aquel cuarto vacío y en efecto cuando regresé a su casa al cabo de una semana ya había fallecido.
Hace dos años mientras recordaba algún pasaje del Hotel habana Libre, me dio por buscar a mi amigo Ronnie por enésima vez pero esta con la ayuda de Internet, cosa con que otrora no se podía contar. Le había perdido la pista hacia el año 1978 cuando había regresado a los Estados Unidos, ya que el padre había preferido enfrentar la prisión y que la familia viviese en su tierra y varias veces había intentado saber que habría sido de su vida.
Me enteré de que habían matado al padre en extrañas circunstancias y que posiblemente Ronnie habría presenciado quien había sido. Un par de años más tarde cuando estaba por celebrarse el juicio del presunto asesino de su padre Huey, unas pocas horas antes de declarar, mi amigo Ronnie, quien desde los diez años en el Hotel, para poder quedarse hasta más allá de las siete de la tarde jugando con los demás muchachos hacía los cuarenta largos de piscina que el padre le ponía de condición, apareció ahogado en la orilla de un lago cercano al lugar del juicio. Lo supe diecinueve años después de los hechos.
-Sí- le dije a mi pequeño vástago- se llamaban Carlitos Cecilia y Ronnie Newton.
Y entonces recordé el día del juego de las escondidas. Y el Habana Libre, y la fiestecita con Moraima, los chicles norteamericanos y las tortillas de carne rusa y me acordé de aquel chimpancé que, cuando nos encontrábamos, no se sabía a cuál de los dos resguardaban más las rejas.
Quien también fue un buen amigo y tal vez continúe con vida.
Fuente: http://america.infobae.com/
jueves, 10 de mayo de 2012
Apologia de la violencia sexual, otra "virtud" de @percyalvaradogo
#Cuba: Apología de la violencia sexual, otra “virtud” del mercenario @percyalvaradogo
OSTED BY CUBAOUT ⋅
Y este “periodista” despreciable se expresa de esta manera:
Pero la cosa no se queda ahí. No solamente evacúa toda su ignoracia (el racismo y la homofobia son producto de la ignorancia) en forma de tuits si no que la lega a la historia en forma de libelos que avergonzarían hasta el mismísimo furher.
Este esbirro que además de encubrir la más que probada violencia física brutal que le propina la seguridad del estado a los disidentes, y más encarnizada aun si son mujeres y negros (hombres y mujeres) brinda como razón para desmentir los abusos sexuales también penosamente denunciados por las valientes mujeres que pacíficamente se atreven a enfrentar a la despiada dictadura, que son poco atractivas y que no provocan ningún deseo en los agentes de la seguridad castrista.
Repugnantes palabras que debieron ser condenadas universalmente pero que como afortunadamente no llegan más que a manos de los demás esbirros no han tenido ocasión de ser condenadas. Las traemos aquí para que el mundo acabe de convencerse de qué están hechos los Castro y sus secuaces.
Cerraremos este post mencionando que el nazi Percy Alvarado se siente orgulloso de su madre y confiesa en sus memorias que la ha traicionado (a su padre también). Su vida está signada de malos oficios y traiciones, y no quisiéramos imaginar qué hubiera pensado su madre de verlo convertido en lo que hoy es y hablando como habla de las mujeres.
No somos nosotros quienes decimos que traicionó a su madre:
“Y en un lento, amargo y costoso deterioro, mi vida dejó de ser mi propia vida y comenzó a crecer una leyenda, la del otro Percy, la vida del hombre que había cambiado, traicionando la causa de sus padres y amigos.
Lo más triste es que tuve la completa certeza de que jamás llegaría a conocerse la verdad de mi vida y que nunca cambiaría aquella mirada de sostenido reproche que nació en los ojos de mis padres desde que comencé a defraudarlos. Tal vez para mi madre nunca existiría ya otra oportunidad de mirarme de forma diferente, orgullosa de mí, alegrándole en algo la dulce mirada llena de profundo cansancio en sus últimos años de vida.” (El privilegio de tener una madre así, Percy Francisco Alvarado Godoy, Rebelión)
¿Qué se puede esperar de un hombre que ha traicionado a su madre? Y aquí no entramos en valoraciones de qué ideales inculcó la señora madre a su hijo. Solo hacemos hincapié en un hijo que defrauda y traiciona a su madre. Poco que agregar ¿verdad?
Y preguntamos ¿Dónde está la infanta Marielita Castro cuando este delincuente agrede de esta manera a las mujeres? Fue ella quien escribió en su blog:
“El Parlamento cubano por la no discriminación
El 20 de diciembre fui invitada a participar en la reunión ordinaria de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en una sala del Palacio de las Convenciones. Se presentó una reflexión por Heriberto Feraudy, Presidente de la Comisión José Antonio Aponte contra la discriminación racial, de la UNEAC, sobre la problemática racial en Cuba. Una presentación excelente, una síntesis sobre los análisis que se han hecho sobre el tema.
Desde el público invitado pedí la palabra, aproveché para presentarme como Directora del CENESEX e integrante de la Comisión Aponte, para reflexionar sobre cómo hemos debatido en la Comisión sobre esta problemática y cómo trabajarla. El racismo, como todas las formas de discriminación, tiene un origen socioeconómico en las relaciones de dominación impuestas por los grupos de poder en las sociedades clasistas.
La persona que sufre por problemas raciales también sufre por otras formas de discriminación: por su género, por su orientación sexual, su identidad de género, su estatus económico, lugar de residencia, religión, etnicidad, lengua, entre muchas otras excusas que sobredimensionan algún rasgo de las personas y los grupos sociales para usarlo como recurso de dominación.
A punto de partida de esta reflexión, se suscitó un debate profundo por parte de legisladoras y legisladores que integran esta Comisión. Lo más interesante del debate fue que tomó como referencia para el análisis la interseccionalidad como relación entre formas múltiples de discriminación y se presentaron ejemplos muy elocuentes de la realidad cubana actual. Este mismo espíritu fue reflejado en las esclarecedoras palabras de Miguel Barnet, Abel Prieto, Ricardo Alarcón y Zuleica Romay.
Yo retomé las palabras de Fernando Martínez Heredia cuando dice que el socialismo es un proceso de transformación cultural. La práctica de 53 años de Revolución nos está confirmando esta profunda verdad. Si no trabajamos estrategias educativas y de comunicación social permanente, como estamos desarrollando desde hace varios años en temas de orientación sexual e identidad de género en el CENESEX, la sociedad cubana no logrará efectuar los cambios culturales que se propone desde un paradigma emancipatorio, para lograr justicia plena.
Se comentó la necesidad de establecer una ley contra todas las formas de discriminación que, en mi criterio, no debe dejar de particularizar las formas específicas en que se expresan. Más allá de penalizar, debemos realizar un amplio trabajo de diálogo y participación en este complejo proceso de transformaciones de nuestras conciencias.”
¿Es que la infanta no tiene nada que decirle al nazi Alvarado sobre la violencia sexista y racista?
La mal llamada Revolución no hizo si no acrecentar las diferencias que ya existían previamente y profundizar el racismo.
Todo lo que callen ahora (y fomenten) ya lo tendrán que explicar a la Justicia, porque hay tres cosas que son seguras: ni la madre de Alvarado estaría orgullosa de este tipejo, no hay mal que dure cien años y los crímenes de lesa humanidad no prescriben.
martes, 13 de marzo de 2012
Chávez 1998: "Cuba es una dictadura"
Asi mintió Chavez en la campaña de 1998 sobre sus propósitos con Venezuela. La única verdad que dijo fue que Cuba es una dictadura. No tardó nada en desdecirse y entregar la soberanía venezolana al dictador Castro.
¿Aun hay quién le crea algo?
domingo, 26 de febrero de 2012
No quiero ver armados a los niños de mi patria